Vitamina C

La semana pasada andaba haciendo recados de madre, es decir, ir a la carnicería, la pescadería, la frutería, la panadería, etc., etc. (una tarea ardua a la vez que entretenida, que estamos perdiendo debido a la globalización, y con ello, el enterarte de las últimas news del barrio, cual Gossip Girl, gracias a las “Maris”), cuando quede estupefacta al leer el cartel “Naranjas con Frenadol” (una pena no tener una foto, fue uno de esos momentos en los que vas a echar mano del móvil y te percatas que no te queda ni una ínfima raya de batería, y sólo ves una línea roja intermitente en la pantalla…maldición!).

Así que pensé, esto necesita ser difundido, todo sea por el momento de fama de El frutero de mi barrio que anduvo perspicaz en cuanto a estrategias de marketing en la venta de su mercancía. ¿Y por qué escribió “con Frenadol”?

 

 

La respuesta seguro que os suena, pretendía hacer alusión a su contenido en vitamina C y la creencia popular de su efecto protector catarril. La vitamina C es como la superheroína que se enfrenta al malvado resfriado común. No está demostrado que reduzca el riesgo de contraer un resfriado, pero sí que su duración podría ser más corta o con síntomas más leves. Tiene una función preventiva, empezar a tomarla a tope cuando ya estás resfriada no va a solucionarte el día (no es como el anuncio del Frenadol donde si no quieres ir a ver a la suegra no te lo tomas para seguir enfermo).

Ya metidos en cuestión, vamos a profundizar un poco más. En anteriores entradas nombramos el escorbuto, una enfermedad provocada por el déficit de esta vitamina hidrosoluble, la vitamina C.

¿Y qué quiere decir que es hidrosoluble? Que se disuelve en el agua, por lo que al cocinar los alimentos que contienen esta clase de vitaminas, podemos perderlas en el agua de cocción, de ahí que nuestras madres y abuelas recuperen este agua cuando cocinan las verduras y la reutilicen para cocer la pasta, equilicuá! Cocer los alimentos al vapor o al microondas, reduce esa pérdida de vitaminas y minerales, os recomiendo el cocedor de vapor de Lekué (la hermana de la dueña del blog está encantada con su brócoli al microondas!:P). Aunque las frutas y las verduras crudas o sin cocer siguen siendo una mejor fuente, obviously.

 Photo by  Lékué                                                Photo by Comidas saludables

Esta vitamina juega un papel fundamental en nuestro crecimiento y desarrollo, y también tiene una función como antioxidante, es decir, bloquea parte del daño causado por los radicales libres.

 

Nuestro cuerpo no puede producirla por sí solo, ni tampoco almacenarla. Por tanto, es importante ingerir alimentos ricos en  dicha vitamina de forma diaria, don’t worry, todas las frutas y verduras tienen cierta cantidad.

Las frutas más ricas en vitamina C son, entre otras:

·                       Frutas y zumos de cítricos

·                       Kiwi

·                       Mango

·                       Papaya

·                       Piña

·                       Fresas, frambuesas, moras y arándanos

·                       Sandía o melón

 

 

Photo by Diario de un pixel

 

Y entre los vegetales, que suelen tener mayores cantidades:

·                      Brócoli, coles de Bruselas, coliflor

·                      Pimientos rojos y verdes

·                      Espinaca, repollo, y otras verduras de hoja

·                      Patatas

·                      Tomates y su jugo

 

Y sí, habéis leído bien, los vegetales suelen ser una buena fuente, ¿a qué nunca hubierais pensado que el pimiento verde tiene mayor cantidad de vitamina C que una naranja? ¿Os imagináis el cartel que nombraba al principio diciendo: “pimientos con Frenadol”?

 

Photo by 123rf

 

Por otra parte, algunos cereales y otros alimentos también pueden estar enriquecidos o fortificados con dicha vitamina, sobre todo, los cereales de desayuno, que parece que llevan a rajatabla lo de ser la comida más importante del día, están requeté fortificados.

La cantidad diaria recomendada para un adulto sano estaría en torno a 60-100 mg/día. Algunos segmentos de la población como los fumadores, necesitan incrementar dicha cantidad, ¿por qué? Se ha comprobado que las concentraciones de vitamina C en suero y en leucocitos son inferiores que en las personas que no fuman. Por otro lado, como ocurre a menudo, las mujeres embarazadas o lactantes también ven sus necesidades nutricionales aumentadas, así como las personas con enfermedades crónicas.

Por norma general, no suelen producirse efectos secundarios a causa de una ingesta excesiva de esta vitamina, ya que como comentamos anteriormente, no se almacena en nuestro organismo. Sin embargo, se recomienda no superar los 2000 mg/día ya que conllevaría un posible malestar gastrointestinal.

Espero que os estén gustando las entradas y, sobre todo, que toméis conciencia de la importancia de ingerir al menos 5 dosis de frutas y verduras al día, de ahí el eslogan, 5 al día.

 

Joy.